El punto de partida para la creación de un modelo a medida, es conocer a nuestro cliente: qué y cómo piensa, qué valora, qué necesita, etc.
Son las 3pm y luego de bajar por varios niveles de estacionamiento, tomamos el ascensor para dirigirnos a la recepción del edificio. Una señorita, cordialmente, nos entrega tarjetas de acceso para subir a la oficina de nuestro cliente.
Éste nos invita a pasar a la sala de reunión y en el camino observo a personas en diferentes actividades: algunos frente a la laptop en conferencia Skype, otros leyendo revistas y magazines, unos cuantos observan la TV en el comedor y otros trabajando en una sala adornada por divertidos muñecos. Mucho color. Y al finalizar el recorrido, me doy cuenta de que ellos viven una cultura organizacional única en su tipo.
En Salesland no sólo somos especialistas en brindar soluciones a medida con capacitaciones in-house, también abrimos las posibilidades para hacerlo en la casa del cliente.
Con mucha dedicación, hace un par de meses logramos cerrar un trato con un nuevo socio comercial quien nos solicitó la formación de sus promotoras para un nuevo proyecto con alcance internacional. El punto de partida para la creación de un modelo a medida, es conocer a nuestro cliente: qué y cómo piensa, qué valora, qué necesita, etc.
Respondiendo estos interrogantes, exploramos a fondo la real necesidad para así proponer diferentes alternativas que busquen lo que el cliente pide. Las reuniones de seguimiento también suman, pues cada sesión es una puerta abierta al aprendizaje mutuo.
Qué importante es conocer a plenitud el clima y cultura de una organización para engranar ideas y, sobre todo, para estar alineados con los próximos proyectos a desarrollar.
Considero que la empatía es fundamental para lograr el entendimiento y , principalmente, para cumplir con el objetivo trazado. La comunicación fluida, la transparencia y la disposición siempre serán un valioso aporte para el éxito del proyecto.
Finalmente, no se trata de conocer los hábitos y observar con lupa, sino de explorar por medio de una comunicación eficaz lo que nuestro cliente necesita. Lo más gratificante, al final, es el éxito de una idea que tomó forma con mucha colaboración.
A veces nos toca visitar al anfitrión y nosotros ser los invitados.