Cómo decir “no” cuando un cliente que es, además, un amigo, te pone encima de la mesa un reto así de contundente al caer de cualquier tarde estival.
Sencillamente, no se puede.
Una invitación de este tipo se debe afrontar siempre como una gran oportunidad. Después de tantos años, sabes que la fortuna solo golpea dos veces la aldaba de aquellos que hacen bien las cosas.
Luego, nos quedará todo lo demás. Asegurarse de estar a la altura del compromiso adquirido, como en tantas ocasiones y proyectos.
Esperaban muchas horas de trabajo para estructurar un equipo compacto, para definir y auditar procesos, para reclutar a los mejores perfiles en los sitios exigidos, para formar impecable a los mejores candidatos.
Quedaba mirar hacia al frente y llegar a la meta de vender más y mejor, que de eso se trata en definitiva. Ganarle brazadas a un mar plagado de competidores, y algún tiburón, en un mercado exigente, a base de esfuerzo y eficacia.
La tarde en que nos visitó el cliente, las palabras y los números fluían con vértigo mientras sus ojos brillaban. En sus manos caía, seguramente, el proyecto más ambicioso en muchos años para CaixaBank Consumer Finance, en el negocio directo. El tiempo para la implementación era inexistente.
Desde el día siguiente a la visita, debíamos tejer un canal de captación para nuevos clientes en una de las mayores cadenas de la distribución española – MediaMark – a través de uno de los productos – tarjetas de crédito– del Banco.
El desafío suponía dar cobertura a 34 tiendas con 40 promotores en todo el territorio nacional en menos de dos semanas, con exigencia comercial desde el primer día, y la complejidad adicional que supone nacer la necesidad a la vez que las tribulaciones del verano.
El desafío, al cierre de 2017, se llenó de números y de logros resumidamente: 100% de cobertura, excelente acogida en tienda del equipo de captadores, 31.000 solicitudes de nuevos clientes, 27.500 nuevas tarjetas aprobadas, 26.600 activaciones con primera compra en el punto de venta y 25.200 seguros de protección de pagos vinculados. En definitiva, habíamos duplicado hasta las mejores expectativas.
Solo podíamos mejorarlo dándole continuidad en el tiempo y enriqueciéndolo desde nuevos canales. Entonces surgió, rotundo, un “si” al primer punto y una gran oportunidad para el segundo.
Comenzamos, otra vez, por Navidad, sin tiempo ni margen de error, un piloto para gestionar la bienvenida, activación y venta cruzada de todas esas tarjetas desde nuestra plataforma de telemarketing.
En menos de un mes debíamos reclutar 20 agentes para gestionar, con los ratios adecuados, más de 15.000 registros mensuales, mejorando la conversión histórica del Cliente.
Mientras vendíamos, pasó un verano, pasó un otoño, llegó otro invierno y lo habíamos conseguido todo.
Ganamos un nuevo partner que ya confía sus principales objetivos recurrentes en nosotros.
Otra vez nos demostramos cómo somos capaces de trabajar juntos bajo la máxima presión.
Y sobre todo, el entusiasmo de hacer lo que nos gusta y como sabemos sigue ardiendo en nuestros ojos, como faros.