Cuando la gente escucha el nombre de una marca, conjuran y traen a su mente una serie de impresiones que influencian en cómo piensan y cómo compran. Esos pensamientos son los que definen una marca.
Cuando la gente escucha el nombre de una marca, conjuran y traen a su mente una serie de impresiones que influencian en cómo piensan y cómo compran. Esos pensamientos son los que definen una marca.
Las marcas viven en la mente de los consumidores como resultado de las huellas que dejan los encuentros con los nombres, logotipos, mensajes de marketing y todo lo demás que la gente ve o escucha sobre los negocios.
Algo tan básico como la ubicación física o dirección de una empresa contribuye en la percepción de una marca. Por eso, cada vez que alguien visita una oficina y mira alrededor, visita una página web, conoce o se relaciona con un empleado o se topa con un anuncio en alguna parte, esa persona se forma una impresión que deja una huella o registro en la mente sobre un negocio, un producto o un servicio.
Las marcas pueden ser poderosas o ser marcas potentes
Nike es una marca poderosa, más poderosa que Adidas, Champion o Asics. Todas son marcas. Todas transmiten una identidad y hacen una promesa, pero sólo una es conocida internacionalmente por todos los grupos sociodemográficos y de todas las edades, allá donde otras tienen una menor influencia y, por tanto, menos poder de marketing.
El poder de la marca proviene del grado de conocimiento de la misma. Si una marca pequeña nunca ha sido reconocida internacionalmente es probablemente porque no tiene (ni lo necesita) la cantidad de caballos necesarios en marketing para alimentar el motor de ese nivel de reconocimiento.
Pero se puede ser una marca potente para un mercado objetivo
Sólo se necesita tener claro qué imagen se quiere proyectar, tener el compromiso y la disciplina para proyectarla bien, gastar LO NECESARIO para hacer llegar un mensaje al público adecuado, y gestionar las estrategias de marketing para crear impresiones consistentes que dejen la huella deseada en las mentes de los consumidores a los que queremos llegar.
La consistencia construye marcas
Cuando las comunicaciones de marca crean una única impresión de un negocio, construyen una marca sólida. Permanecer consistente en las estrategias de marketing implica proyectar una imagen sólida. Un tono consistente en las comunicaciones proyecta un nivel consistente de calidad avalado por comunicación consistente, productos consistentes y servicios consistentes.
Insistir con una marca, no tratar de cambiarla hasta que se esté completamente seguro de que ya no es apropiada para un mercado, es completamente necesario. Y si finalmente el cambio es necesario, quizás la empresa debería prepararse para cambiar de actividad o sector porque la marca es la representación pública del negocio.
Manejar una marca en seis pasos.
Construir la marca a través de cada impresión o mensaje que se lance, porque así se creará una conexión emocional potente que se traducirá en confianza por parte del consumidor. Claridad y consistencia en cada momento son las claves para conseguirlo.