A la hora de vender, ya sea un producto o servicio, es imprescindible tener en cuenta diferentes herramientas. Algunas son programas o aplicaciones digitales, y otras van implícitas en el vendedor/a. Aquí entra en juego la inteligencia comercial, un aspecto que complementa el factor humano y digital, que será imprescindible para alcanzar tus objetivos de ventas. En este post, mencionaremos ejemplos de inteligencia comercial para que puedas aplicarlos en tu negocio.
Antes de listar los ejemplos de inteligencia comercial, debemos entender qué es la inteligencia de ventas. Este concepto puede entenderse como la capacidad de una empresa para controlar la información relacionada con el área comercial de una manera estratégica. Pero, ¿y esta información en qué consiste? Pues bien, se trata de todos los datos de mercado que afectarán la generación de ventas del negocio y datos en relación con el consumidor y el propio proceso de ventas de tu empresa.
Entonces, ¿qué necesito para poder aplicar la inteligencia comercial a mi negocio? Será imprescindible contar con una buena fuente de datos, la cual puede provenir de distintos sitios:
A continuación, os dejamos algunas de las mejores herramientas para aplicar la inteligencia de ventas a tu negocio:
Gracias a ARACNE, nuestros vendedores pueden analizar cómo se están desarrollando los proyectos de venta, ya sean presenciales, remotos o en digital. De esta manera, cuentas con todos los datos de tu proyecto en tiempo real para hacer un seguimiento integral en el momento que tú elijas. Número de ventas y abordajes realizados, estado del stock… y mucha más información a tan solo un click.
En Salesland, apostamos por todas aquellas herramientas que puedan acercar tu negocio al cliente potencial más interesado en tu producto/servicio. Es imprescindible aprovechar todas las facilidades que la digitalización nos está ofreciendo desde los últimos años, para sacar así el mayor partido a tu negocio y alcanzar los objetivos de ventas satisfactoriamente.
* NOTA INFORMATIVA DE COMUNICACIÓN: Se ha utilizado el masculino como genérico sin que esto suponga ignorancia de las diferencias de género existentes, al efecto de no realizar una escritura demasiado compleja.