COVID-19: Nuevos códigos de contacto con el comprador

En estos tiempos difíciles de pandemia prolongada y sin fecha de caducidad, la ciudadanía, una vez más y mayoritariamente, pone sus demandas por delante del incierto orden establecido.

No se trata únicamente de sobrellevar el confinamiento físico y psicológico, sino también de la adaptabilidad del entorno para acercarnos a los patrones de vida que tanto nos gustan. Todo esto cuidando al máximo, por supuesto, todas las medidas de prevención conocidas que garanticen la salud.

Es en este mismo escenario, donde los clientes están demandando a las empresas la máxima CREATIVIDAD para acercarles, de modo seguro, a sus productos y servicios no esenciales -los esenciales no sufrieron merma-, que les aporten confortabilidad con el mejor asesoramiento posible.

El nuevo lujo es poder disfrutar, de nuevo, de muchas de aquellas experiencias vinculadas a las compras, donde lo físico sigue siendo un diferencial, aunque el hogar sea ahora el centro de toda nuestra actividad familiar, laboral, social,… Es por eso que, a las compañías que llevamos tanto tiempo aportando valor a todos los procesos de compra en los distintos canales, nos toca el RETO de acercar y volver palpables esas mismas cosas que demanda el consumidor.

Se trata de seguir aportando, desde el Punto de Venta, ese lado cálido que hace el acto de la compra tan placentero, como experiencia incomparable, contra el sencillo, pero muy frío, proceso de la compra on-line, ya sea por catálogo o por búsqueda directa.   Para ello, la clave es vincular ambos contextos, el físico y el digital, de manera que no perdamos la fuerza del primero como herramienta de decisión de compra (elijo mejor sobre lo que he visto y tocado). Todo esto aprovechando la agilidad del segundo para los trámites de finalización: el pago, el empaquetado, la entrega en casa… 

Además, es importante aportar al mundo on-line algunos de esos valores adicionales que tradicionalmente solo se lograban en la venta presencial: el asesoramiento personalizado.

En los distintos mercados estamos teniendo una gran acogida con fórmulas donde acompañamos con tecnología a la red de vendedores para las marcas. De esta manera, será el propio cliente quien decida qué parte del proceso desea utilizar en cada canal, y con qué intensidad. La idea, es hacerlo tan simple que se sustente ese soporte en herramientas en cuya usabilidad ya esté familiarizado.

Ahí nacen los códigos QR en WhatsApp Business, tras su última actualización, como una nueva forma de entrar en contacto con negocios de todo el mundo para conocer los productos y servicios que ofertan. Ahora, simplemente a través de un código QR que nos facilite el vendedor, o inserto en su propio entorno, a través de una publicidad adicional en los mostradores de la propia tienda, podemos tener un contacto inmediato a través de un chat. Todo esto sin la necesidad de gestiones adicionales, donde podremos preguntarle por cualquier servicio o producto que necesitemos, de manera que tendremos un canal de información adicional que complementará al propio comercial.

Por ejemplo, con esta fórmula, podríamos:

• Consultar disponibilidad, colores, tallas, precios… mientras el vendedor está terminando con otro cliente.

• Recabar opiniones y recomendaciones de la propia marca en tiempo real en el Punto de Venta.

• Seguir conectados con la marca después de la compra, verificando el mejor uso del producto, su mantenimiento, todas las posibilidades.

• Interactuar con otros usuarios.

• Acceder a novedades y promociones especiales.

Si a todo esto le sumamos la posibilidad de incorporar un promotor virtual como una extensión idéntica del vendedor en tienda, pondremos a disposición del comprador todas las alternativas y habremos cerrado el círculo para que disfrute cómodamente de todo el proceso.

Solo nos quedará, entonces, seguir preocupados por los otros temas, los más importantes, los que se nos escapan de las manos, en lo que la vida vuelva a brotar verde sobre todos nosotros.

* NOTA INFORMATIVA DE COMUNICACIÓN: Se ha utilizado el masculino como genérico sin que esto suponga ignorancia de las diferencias de género existentes, al efecto de no realizar una escritura demasiado compleja.