Hablamos con José María Polo, Coordinador de Campaña de Telemarketing en Salesland hasta el pasado mes de junio, cuando alcanzó la edad de jubilación.
P- En primer lugar, felicitarte porque has alcanzado tu fecha de jubilación, cerrando un periodo de tu vida dedicado al trabajo y al esfuerzo diario, que hemos podido apreciar de primera mano aquí en Salesland. ¿Cómo recuerdas los inicios en nuestra compañía?
R- Un 8 de octubre de 2012, llegué a Salesland. Mi experiencia en el mundo del telemarketing viene de muchos años atrás. Yo procedía del sector del automóvil donde estuve ejerciendo de jefe de ventas durante casi 15 años, donde tenía contacto continuo con compañías de seguro, lo que hizo que posteriormente facilitara mi trabajo.
La vida da muchas vueltas y de pronto todos los componentes de la plantilla de aquel concesionario nos vimos en la calle, mi mundo se derrumbó, pero siempre he sido persona que se levanta y vuelve a empezar desde cero y en esta ocasión no iba a ser menos. El primer contacto en telemarketing fue con muchas dudas ante la falta de experiencia en la venta no presencial. Tuve la suerte de caer con dos personas, Teje y Paco, de las que nunca me he separado: donde iban ellos, allí estaba yo. Hoy puedo decir claro y alto que son también mi familia.
Empecé, claro está, como teleoperador y a los pocos meses ya estaba ejerciendo de “Quality”, y seguido como coordinador para una empresa de seguros del automóvil. Con esta categoría, siempre de la mano de Teje y Paco, he pasado por otras empresas dedicadas a lo mismo, venta de seguros, hasta aparecer en Salesland.
P- ¿Llevabas mucho tiempo buscando trabajo antes de comenzar en Salesland?
R- Después de la faceta del automóvil, estuve algunos meses en plan sabático y luego me puse a buscar trabajo. La verdad es que tarde muy poco y de la entrevista a la llamada de teléfono solo pasaron unas horas.
Aquí volví con Teje y Paco que me llamaron para esta nueva andadura. Desde que los conocí han sido y siguen siendo mis referentes, tengo mucho que agradecerles a ambos. En el trabajo son mis jefes pero fuera, y lo digo con todas las letras, son mis amigos y me siento orgulloso de que así sea.
P- ¿Cómo valoras a la compañía?
R- Al principio, después de muchos años en el sector, me pareció una empresa más, pero desde la primera entrevista ya observé que había algo distinto y que, efectivamente, pude comprobar poquito tiempo después de mi incorporación.
El ambiente y trato a las personas no se parecía en nada a la experiencia que yo tenía, aquí se cuida a la persona y se le dan opciones para mantener su puesto o buscarla otra opción dentro de la compañía. En estos casi 8 años en Salesland lo he podido comprobar, no solo en mí, sino también en todos los que conozco que han formado parte de la compañía.
Me siento feliz y orgulloso de haber trabajado en esta empresa. Aquí seguí como coordinador para una campaña de seguros donde he formado a muchos de los trabajadores que hoy en día siguen trabajando con nosotros, y posteriormente mis dos jefes me dieron la oportunidad y la responsabilidad para coordinar a un nuevo equipo en una campaña de servicios, en la he estado hasta el pasado 26 de junio, fecha en la que he pasado a la jubilación.
P- La venta es un mundo apasionante a la par que complicado, ¿cuáles dirías que son las claves que debe tener un buen televendedor?
R- Primero, conocer bien el producto. Luego, hace falta mucha constancia, motivación y no acepta un “no” por respuesta. Hay que tener empatía con el comprador, entenderle y escucharle, ponerse en su lugar, detectar sus necesidades y, después, ser firme y directo, sin miedos.
P- ¿Qué dirías a aquellas empresas que no apuestan por empleados que superan los 50-60 años?
R- Para mí, es un error. Todos, jóvenes y menos jóvenes, tenemos unos valores que podemos ofrecer y realizar un buen trabajo. No me sirve la idea de “solo personas jóvenes”, máxime cuando yo he formado a gente de todas las edades, de mayor y menor estatus, y siempre he visto que en frente tenía a un trabajador.
Algunos siguen trabajando con nosotros y a otros les llego, al igual que ahora a mí, su jubilación. Afortunadamente, en Salesland no existen estas discriminaciones de edad ni sexo.
P– ¿Y qué mensaje darías a aquellas personas de 50-60 años que están en búsqueda activa de empleo?
R- Que no desistan, que mantengan viva su esperanza, que hay empresas donde se les tiene en cuenta y donde pueden volver a desarrollar su trabajo y sentirse útiles que es algo que, por mi experiencia formando gente, he podido observar y a los que he intentado ayudar.
P – ¿Qué te llevas de tu trayectoria en Salesland (recuerdos, amistades, aprendizajes,…? ¿Qué es lo que más echas de menos?
R- Echo de menos todos esos inicios de cada día hablando con los operadores, insuflándoles ánimo, tratando el objetivo que teníamos marcado, felicitándoles por cada venta que hacen y pidiéndoles un poco más de esfuerzo para superar las metas marcadas.
Echo de menos las reuniones, entonces en persona, después por videoconferencia, con mis compañeros y compañeras de estructura para organizar el trabajo del día. Las continuas llamadas de teléfono intercambiando impresiones o pidiendo su parecer ante cualquier duda o problema. También las reuniones con Paco, mi jefe inmediato, y con Teje, cuando ante cualquier problema acudía a él para que me diera consejo.
Tengo que dar las gracias a mis compañeros de estructura, a los que ahora están con más o menos tiempo juntos y a los que, por necesidades de empresa, están en otras campañas. No les olvido, todo lo contrario, he aprendido mucho de todos, incluidos teleoperadores, que me han enseñado a valorar mucho más a las personas y, bueno, me estoy poniendo sensible.
P– ¿Quieres añadir algo más o enviar algún mensaje a tus compañeros, superiores,…?
R- A mis superiores, a todos, pero especialmente a Teje y a Paco, darles las gracias. Los quiero como si fueran de la familia y que sepan que, aunque no esté en la empresa, siempre pueden contar conmigo para todo lo que necesiten y, ¡que no canten victoria! Pienso bajar a verlos más de una vez y darles un fuerte abrazo.
Gracias de corazón a todos, y en especial a vosotros dos.
José María, esto es todo, te deseamos una estupenda nueva etapa, seguro que ilusionante y cargada de muchos planes. ¿Tienes algo ya en mente?
R- Viajar. Mi mujer y yo hemos viajado muchísimo no solo por España, también a muchos países de Sudamérica, Asia y Europa, y llevábamos mucho sin hacerlo, así que ahora nos toca, eso sí, por España, que siempre pensamos irnos fuera cuando lo bonito lo tenemos en casa.
Muchas gracias por tu tiempo y hasta pronto.
Un abrazo muy fuerte para todos.